"Como lo oye, usted está PRE enfermo de...".
¿Os suena esta frase...? La he oído a algún querido Residente ponerla en la boca de un especialista hospitalario enfrentando seriamente una analítica con "algún asterisco" mientras el paciente dueño de semejante asteristitis se debate entre angustiarse en silencio o preguntar si es grave. Dicho paciente, digo yo que algo más tranquilo, sale de la consulta con una prescripción de un ¿preantihipertensivo, prehipolipemiante, prebifosfonato, precondroprotector...? Y ya es pre-enfermo crónico para casi toda su vida...!
El Enfermo Imaginario de Honoré Daumier |
Es un caso real. Aislado sin duda pero real. Gracias a Dios casi anecdótico... pero no es único... hay más.
Y repasando las postrimerías del año 2010, topé con el artículo que hoy quiero reproduciros integramente, que alude al fenómeno del Disease Mongering, por cierto al cual acaban de referirse los amigos y colegas de Sesiones Alza: http://sesionesalza.blogspot.com/2011/01/disease-mongering-la-invencion-de.html en otra estupenda entrada que os recomiendo sin duda.
Además los amigos de Tomelloso II ya tocaron este tema en su Escuela de Pacientes: http://escueladepacientestomellosoii.blogspot.com/2010/11/se-puede-estar-preenfermo.html
Además los amigos de Tomelloso II ya tocaron este tema en su Escuela de Pacientes: http://escueladepacientestomellosoii.blogspot.com/2010/11/se-puede-estar-preenfermo.html
El artículo en cuestión es el editorial de El Comprimido (el Boletín Farmacoterapéutico Balear) y no tiene ni una coma de desperdicio, por lo que os ruego que leáis y meditéis. Lo firma el Comité Editorial agradeciendo a Eugenia Carandell Jagër su redacción.
"¿Medicalización de la vida? ¿Exageración o invención de enfermedades? El pasado mes de septiembre, los asistentes al curso impartido por Ray Moynihan en la XXI Escuela de Salud Pública de Menorca se afanaban en buscar una traducción adecuada para este término inglés, que el ilustre periodista y profesor universitario define como el “ensanchamiento” de los límites de la enfermedad orientado a la expansión del mercado de las pruebas diagnósticas o los tratamientos.
En muchas ocasiones, las técnicas de márquetin desdibujan las fronteras entre lo sano y lo patológico, influyendo sobre determinados líderes profesionales y organismos científicos. De esta manera se acaba confundiendo el factor de riesgo con el evento relevante —como sucede con la osteoporosis, en que se acaba tratando la cifra densitométrica en vez de hacer una evaluación global del riesgo de fractura—, se alumbran nuevas categorías para definir el riesgo de un futuro riesgo —prehipertensión— o se exigen objetivos de control inalcanzables en ciertas poblaciones si no es por medio de la combinación encarnizada de múltiples fármacos.
Sin embargo, el márquetin recurre también a otras influencias, como la contratación de actrices famosas anunciando tratamientos para los huesos o las campañas de concienciación del público sobre males infradiagnosticados, que, combinadas adecuadamente con la formación continuada de los profesionales, permiten reciclar fármacos para aplicarlos a enfermedadesnuevas: piernas inquietas, fobia social, trastorno disfórico premenstrual, síndrome de la clase turista…
¿Ciencia ficción? ¿Teorías conspiranoicas? A juzgar por la creciente inversión que la industria farmacéutica dedica a la publicidad directa y por los incrementos exponenciales de la venta de moléculas en las que se han aplicado estas técnicas, el fenómeno debe tomarse muy en serio y combatirse de manera global. En este sentido, son imprescindibles la intervención de las autoridades sanitarias, la exigencia de la declaración de conflictos de intereses por parte de profesionales y de instituciones y el desarrollo de un saludable espíritu crítico entre los profesionales sanitarios, los docentes, los periodistas y el público general. Solo este empeño permitirá que la industria farmacéutica dedique lo mejor de sí misma a conseguir avances relevantes para la salud de la ciudadanía".
Como dice el famoso periodista... "se puede decir más fuerte, pero no más claro".
En el blog de los pacientes de Tomelloso II, hicimos una entrada en relación a un articulo publicado en un diario de tirada nacional. "usted no esta sano, esta pre-enfermo"
ResponderEliminarhttp://escueladepacientestomellosoii.blogspot.com/2010/11/se-puede-estar-preenfermo.html.
Gracias. Acabo de ampliar la entrada y os incluido. Un abrazo fuerte.
ResponderEliminarTuve la oportunidad de ver hace unos días el video "El marketing de la locura" que reproducen también en la entrada de "Sesiones Alza" a la que haces referencia. Además de ser terrorífico nos hace reflexionar sobre en qué clase de rueda perversa estamos metidos. Hace unas semanas leí, creo que en el "Rincón de Sísifo", la conclusión a la que Carlos llegaba con la MBE. Decía algo así como que mientras más evidencia leíamos, más podríamos llegar a la conclusión que no hay nada como los medicamentos antiguos (aspirinas, paracetamoles, omeprazoles, enalapriles y demás). Por otra parte un profesor mío de Facultad decía: "conoce lo último y receta lo penúltimo".
ResponderEliminarEn definitiva, es muy complicado en una sociedad cortoplacista mantenerse mínimamente cuerdo en esta vorágine mercantilista sometida a las continuas modas, pero no hay nada como encontrar el sosiego, el sentido común y la crítica analítica en blogs como este.
Gracias Enrique suscribo tu comentario. Las presiones del médico en general (el de familia en particular) son muchas y generalmente externas: Una administración eficiencista pero sin dar medios legislativos (por ejemplo Consejería de Salud de Galicia: Se han mojado con el tema farmacéutico, creo que acertadamente... el tiempo dirá si merece la pena el potencial ahorro que suponen), la industria farmacéutica, recordemos que con balanzas muy superiores a países enteros, el estilo de vida del bienestar que ha hecho de la salud un bien más de estantería de supermercado, etc... tantas tensiones que pueden acabar por romper la coherencia y la integridad del médico que no esté medio en sobreaviso.
ResponderEliminarUn abrazo.